Sobre límites en el diálogo

Este post no tiene respuestas, sólo preguntas (a diferencia de la canción de Morat donde "no habrá preguntas, sólo respuestas", ok suficiente).

¿Hay límites a la hora de dialogar? ¿Hay fronteras inamovibles al momento de querer tender puentes? 

Reitero que no tengo respuestas hoy, solamente nos sentaremos ustedes y yo a pensar en las preguntas.

En el ámbito personal es más socialmente aceptado el establecer los dichosos límites. Cuando estás creciendo, te dicen que digas no a la presión entre pares (para cosas peligrosas, o asuntos pesados como drogas) y que identifiques cuando un noviazgo se convierte en violencia (celos, manipulación, abuso verbal, etc.) y que te alejes de ahí. 

En el ámbito eclesial, al Papa Francisco lo han citado mucho diciendo que "con el diablo no se dialoga", aludiendo a que no debemos sentarnos a platicar con nuestras ideas de venganza, soberbia y demás porque de alguna manera, el diálogo con estas ideas nos puede llevar a "racionalizar" (justificar de forma lógica) nuestro pecado.

Entonces...¿sí debe haber límites al momento del diálogo?

Aquí abro la caja de pandora (perdón, de preguntas) al respecto:

¿Hay áreas de la vida donde está bien decir 'contigo no hablo' y áreas de la vida donde no? ¿Cómo distinguir cuándo estoy tendiendo puentes y cuándo le estoy abriendo la puerta a dañarme a mí misma o a los demás?

Tengo una breve, muy breve, respuesta para todo esto: discernimiento. Y diría una buena amiga mía: discernimiento social.

Hay muchísimos ejemplos en las redes donde aplica este cuestionamiento -y donde no tengo respuestas, o si las tengo, estoy consciente de su inconsistencia filosófica y moral-. Independientemente de dónde andes en el espectro político, te doy 4 ejemplos de situaciones donde algunos se han preguntando sobre los límites en el diálogo:

1.- En cuanto a ser consistentemente provida: ¿Debe desincentivarse el following a gente como Abby Johnson (líder provida de EEUU) porque ha tenido -varios- discursos racistas?

2.- En términos de identidad política: ¿Debió haber aceptado Pedro Kumamoto el acudir a un foro con FRENA -Frente Nacional Anti AMLO-? ¿Debió Pablo Iglesias retirarse del debate en Madrid cuando Rocío Monasterio le dijo -literal-que se fuera? (estoy en una fase obsesiva con la política española, disculpe usted) ¿Deberían dialogar la izquierda (y la ultra izquierda) con la derecha (y la ultra derecha)? ¿O hacerlo es -como algunos dicen- como si los judíos hubieran dialogado con Hitler? ¿Quién sería Hitler y quiénes los judíos en términos modernos?

3.- En términos de salud pública: ¿Debe escucharse a los antivacunas?

4.- En términos de teología desde el catolicismo: ¿Debe promoverse el discurso de James Martin que propone nuevas formas de entender el Catecismo de la Iglesia Católica?

Aquí entra algo que creo firmemente: no hay algún punto de vista 'desde ninguna parte'. Es decir, todas las personas vamos con todo lo que somos (nuestros recuerdos, afinidades, prejuicios) al diálogo público y personal. ¿Tenemos que hacer un esfuerzo por ser objetivos y racionales? SÍ ¿Podemos lograrlo al 100%? NO. Reconocerlo es un primer paso para entendernos. Por ejemplo, de los 4 casos planteados, hay algunos donde yo diría un rotundo -o un tímido- sí y casos donde diría un rotundo -o un tímido- no, porque hablo desde quien soy. Lo cual demuestra mis inconsistencias y limitaciones. Por ello, y porque el mundo es más que mi perspectiva, entonces...

¿Hay absolutos en esto del diálogo? 

Ejemplo de respuesta 1: Sí hay que dialogar con todas las personas, así sean asesinos, pedófilos, genocidas, etc. Tienen un punto y hay que entenderlo. Si restringimos la libertad de expresión para uno, se la restringimos a todos.

Ejemplo de respuesta 2: No hay que dialogar con todas las personas. Los límites que marcan las leyes internacionales y nacionales, las reglas de grupos (por ejemplo, el Catecismo) o las leyes morales nos impiden darle voz a discursos -que a alguien le parece que son- de odio. 

Cáiganle a mi casa con un vinito en cuanto todos estemos vacunados para que me digan qué opinan.



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