Sobre expectativas incumplidas (en redes y en la vida)

Hace unos días platicaba con una amiga que me decía "Me siento mal cuando alguien a quien admiro en redes publica algo con lo que no estoy de acuerdo, porque aunque esté en desacuerdo, me siento obligada a defenderlo/a". La entendí. Yo he estado ahí muchas veces: empiezo a seguir a alguien en redes, me encanta su contenido, lo comparto y PUM, un buen día sube una historia recomendando a alguien que no me gusta cómo piensa. Como la sigo, o como somos amigos, espero (de ahí la expectativa incumplida) que me reafirme lo que yo ya pienso (sí, bien egoísta pero así funciona a veces el cerebro y las relaciones), y cuando no lo hace, oh decepción. Y es ahí, cuando me encuentro con la disyuntiva: ¿Lo/a dejo de seguir? ¿Cambio mi modo de pensar para adaptarme al suyo? ¿Sigo mi vida con paz? Quisiera decirles que siempre opto por la tercera, pero mi mente batalla escogiendo algunas de las dos primeras opciones, al menos por unos segundos.

Pero Tere, ¿Qué tiene de malo dejar de seguir gente? Si te decepcionan con sus opiniones, es mejor de lejitos. Y la verdad que es que no tiene nada de malo dejar de seguir gente. El rollo, creo yo, es cuando dejamos de seguir a alguien con quien estamos de acuerdo el 90% de las ocasiones (o el 80, o el 70, o el número que más te lata), solo por el 10% en el que no lo estamos. Ahora, puede ser que ese 10% de diferencia marque LA diferencia en tu vida. Tal vez ese 10% es pilar para ti y te causa demasiado estrés ver lo contrario en tu feed. Adelante, deja de seguir si en eso se va tu paz (lo dice la policía cibernética, aka yo jiji). Pero...te rogaría que lo reconsideraras. Está bien complicado encontrar en redes (o en la vida real) alguien con quien estemos de acuerdo al 100%: alguien que se indigne con la misma intensidad y al mismo tiempo por lo mismo por lo que yo me indigno, alguien que comparta exactamente mis mismos valores, alguien que esté en el punto exacto en que yo estoy del espectro político, económico, ideológico, teológico, de series-o-metro, etc. Y se siente 'solitario' darme cuenta de eso. Pero está bien.

La segunda pregunta que ronda por mi mente cuando me veo en esa situación es ¿Será entonces que estoy equivocada? ¿Debería de pensar como piensa esta persona a quien aprecio? Son preguntas válidas y vale la pena rumiarlas un rato: preguntarme por qué pienso yo de X manera y la otra persona de Y manera, verle los puntos positivos a la otra perspectiva y cuestionarme. PERO, no obligarme a cambiar de pensamiento solo porque alguien a quien admiro piensa diferente, sino aprender a tolerar la tensión y la diferencia. Entendernos y ahora sí que reconocer la validez de la diversidad sin querer homogeneizarnos en una especie de "bandos". La cultura rápida en la que vivimos y que nos exhorta a simplificar absolutamente todo (la misma que nos vende la historia con héroes y villanos, estilo Benito Juárez y Porfirio Díaz), nos grita que "o lo odias o lo amas, no hay punto medio". Pero el rollo es que sí hay, y no uno: miles. 

Creo también, y lo platicaba con mi mejor amigo (con quien por cierto, abundan las diferencias, y también las coincidencias) que el mundo virtual se presta más para polarizar (y como esa ha sido mucha de la interacción en los últimos 6 meses pues...andamos hechos garras). En el internet, al faltar esta humanización que se construye con las interacciones pequeñas del día a día que sí tenemos con familia y amigos, se antoja más el 'lo odio-lo amo'. ¿Cómo humanizar a la gente con quienes convivimos sólo a través de posts, likes, stories y tuits? No sé :( Fin del artículo.

No se crean, aunque en verdad no tengo fórmulas mágicas, le quiero apostar (y lo escribo a manera de recordarlo yo misma en mis interacciones) al acostumbrarnos a vivir en la 'incomodidad' de saber que podemos estar de acuerdo en unas cosas y en otras no. Que no porque admire a alguien significa que pienso idéntico que esa persona, y que no porque esté en desacuerdo con alguien en el 90% de los temas, significa que no le valore como persona. Entonces, aunque me encanta encontrar coincidencias, también aplaudo las no-coincidencias porque significa que somos personas distintas y que la verdad, la belleza y la bondad no viven solo en lo que yo apruebo. 

Cierro con esta imagen que compartió una buena amiga hace poco, que me ayudó a visualizar los por qué de las diferencias de opinión:



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