Los ángulos que no vemos

Una vez que iba manejando por la Cantera, vi que una troca frente a mí se estrelló contra un carro que venía casi paralelo a ella, en el carril de enseguida. ¿Cómo pasó eso? Asumo que por el famoso 'punto ciego' que tenemos los conductores al manejar: hay un punto en el que, aunque mires por el espejo retrovisor, si hay un carro justo en tu punto ciego, no lo ves. Además de traumarme, y ahora casi que contorsionarme cuando me quiero cambiar de carril al manejar (perdón, oficiales de tránsito), el ver ese choque me recuerda cuántos ángulos no tomo en cuenta en mi vida, y que sí, me llevan a estamparme.

Ya todos hemos visto miles de memes de cómo el 2020 ha sido el año más lleno de eventos catastróficos de la vida: incendios, pandemia, asesinatos por racismo, asesinatos por parte de la policía (en México y en EEUU), feminicidios, protestas en carros, protestas a pie, protestas en redes, en fin. En medio de todos estos eventos, surgen voces contrastantes que dicen cosas como:

- 'Black Lives Matter'
- 'All Lives Matter'
- 'Justicia para #Diana #Fátima # Mara #Susy'
- 'A los hombres también nos matan'
- 'Qué bueno que Trump posó con una Biblia afuera de una Iglesia'
- 'Qué malo que Trump echó gas lacrimógeno para posar con una Biblia afuera de una Iglesia'
- 'El coviT es una farsa'
- 'Quédate en casa'
- 'No es protesta si vas en un BMW'
- 'Yo protesto como quiera #fueraELMO' (no se crean, AMLO)

El objetivo de este texto no es manifestar mi opinión sobre alguno de esos temas, sino expresar cómo hay ángulos que no veo (perspectivas que no me tomo la molestia de intentar entender) en cada una de esas expresiones. Claro que me identifico más con unas de esas frases que con otras, pero el punto es que todas han resonado en este año a través de todo tipo de redes, hashtags, tuits, audios, etc. Y si han resonado, es porque se piensan, y no las piensan 2 o 3, sino miles, o tal vez millones, de personas. 

Concuerdo con muchos que afirman que las redes sociales son nuestra bendición y también nuestra maldición: por un lado nos ayudan a conectar con otros, a informarnos y a expresarnos; por otro, me reafirman lo que yo ya pienso (por la naturaleza misma de la segregación, del 'unfollow' a quien no piensa como yo. Termino teniendo contactos, fuentes y posts que me gritan lo mismo que yo ya pienso. Se siente padre, sí, pero no es real), pueden polarizarnos y simplificar la realidad a un grado que es problemático.

Esta forma de conducirnos en redes sociales (y tal vez en la vida misma), puede darnos una falsa sensación de paz mental, pero ocasiona muchísimos puntos ciegos en nuestra forma de ver la vida. Al no estar expuesta a ellos de una forma sana, los que piensan diferente a mí se van volviendo (ante mis ojos) cada vez más distantes, más radicales, más locos. Creo que tampoco sería sano el seguir a quienes piensan diferente a mí solo para andarles retando en los comentarios de los posts o por DM, lo sano, creo yo, sería empezar a practicar una forma de escucha activa, lectura activa y diálogo con el menor juicio posible. ¿Que qué flojera? Poquito, pero es de las formas más básicas que tenemos para reconocer nuestra común humanidad.

Una buena amiga me confesó que sigue en redes a personas que piensan diametralmente opuesto a ella para que estas opiniones le ayuden a 'encontrarle fallas a su lógica' (la lógica de mi amiga, no la de sus contrarios jeje). Me pareció lo más sabio de la vida. Yo a veces hago lo mismo, pero más que para encontrarle fallas a mi lógica, lo hago por mero masoquismo. Mi amiga muy bien, yo muy mal, jeje.
No estoy abogando por vivir una vida sin preferencias ideológicas, políticas, religiosas (caray, hasta de futbol), pero sí a favor de una vida en la que cabemos todos en la mesa. Una vida en la que tendré que hacer esfuerzos por callarme y escuchar al que piensa súper diferente a mí (hola, Donald Trump), primero por respeto, segundo, para entenderle, y tercero para 'encontrarle fallas a mi lógica'.

Para concluir, les platico que el otro día habló a la casa una persona de los Testigos de Jehová y le preguntó a mi mamá (supongo para hacerle plática), "¿Cree que todo esto que está pasando es señal de que ya se va a acabar el mundo?", mi mamá solo se rió, pero ahora queremos que vuelva a hablar esa misma chava para decirle "¡SÍ, esto ya se puso feotote!" (no se crean). El mundo ha sobrevivido a toda clase de desgracias, guerras, enfermedades y traumas, y aquí seguimos. Ojalá, sin embargo, que los acontecimientos horrendos que pasan a nuestro alrededor todos los días, sirvan no para dividirnos como personas, sino para entendernos mutuamente, cambiar lo que necesite ser cambiado, y que le podamos decir a Dios que sí estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo por hacer algo hermoso para Él y para todos sus hijos e hijas.

LOS CINCO HOMBRES CIEGOS Y EL ELEFANTE | Shunyata Blog

Comentarios

  1. Definitivamente cada cabeza es un mundo, he ahí la riqueza del universo: la diversidad. “Todos cabemos en la misma mesa” ����������. Gracias por escribir y compartir, amiga.

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