Qué he aprendido de mis estudiantes

En una clase que llevé de 'educación religiosa', nos decían que las personas necesitamos ayuda para recordar cosas que ya sabemos (algo así como 'escarbar en nuestro interior para darnos cuenta de ideas que siempre estuvieron ahí'), más de lo que necesitamos aprender cosas nuevas. Entiendo que esto aplica más para materias de corte humanista que para otro tipo de ciencias, pero especialmente hoy que es Día del Estudiante, estuve pensando en la frase y en cómo a lo largo de estos años como maestra, mis alumnos y alumnas me han ayudado a recordar cómo vivir mejor:

1.- La risa y los amigos son algo esencial. Con toda esta discusión sobre la re-apertura de los países post-Covid -y todo lo que implicó la cuarentena- fue muy controversial el 'qué es esencial y qué no lo es'. Pues, en preparatoria, reírte es lo más básico de lo básico: río, luego, existo. Y los amigos ni se diga. No sé si tiene que ver con lo importante que es el sentido de pertenencia y la afirmación en esa etapa en particular, pero es bonito ver qué fácil es ser feliz.

2.- El poder de la actitud. Tal vez en la escuela, más que en ningún otro lado, es visible el poder de una buena actitud. Si aún estudias (o conoces a alguien que aún es estudiante) y batallas con alguna materia, te aseguro que si te sientas al frente, tomas nota y le expresas a tu profesor/a que estarás yendo a asesorías porque necesitas ayuda extra, incrementas muchísimo tus posibilidades de aprobar. Son 3 cosas que son solo actitud, no aptitud, pero que le abren la puerta al aprendizaje de manera directa. Y son esos pequeños detalles que igual pudiéramos aplicar creativamente a la vida adulta para tener éxito.

3.- Aprovechar el tiempo. Algunos de mis mejores estudiantes llegaban a clase de 7:00 am sonrientes, a pesar de que el día anterior se hubieran desvelado por hacer proyectos, después de haber ido a entrenar soccer, y de haber ensayado para la obra de teatro de la escuela. En la prepa y la universidad, de alguna forma hay tiempo para todo: para los amigos, para el deporte, para trabajar medio tiempo y para ir al grupo de jóvenes. Tal vez es la energía, tal vez es amar todo lo que haces, pero mis alumnos me recuerdan que siempre hay tiempo para hacer todo lo que quieres hacer.

4.- La magia de los ideales. No sé para ustedes, pero para mí, la prepa y la carrera fueron de las épocas en las que tenía más idealismo. Con el tiempo, no sé si uno se va volviendo pesimista, cínico o simplemente más reservado, pero la forma de ver la vida ciertamente cambia. Mis alumnos me recuerdan que vale la pena entregarse por completo por lo que creemos: ideas, valores, grupos, relaciones. No está de más el ser cautelosos en a qué nos entregamos, pero me quedo con la inspiración de la pureza de los ideales.

5.- Vivir con pasión. En general, si tienes menos de 21 años, no solo te gustan las cosas, te FASCINAN, y no solo te desagrada algo, sino que lo ODIAS. Hay veces que me toca escuchar conversaciones entre mis alumnos (cero stalker mode, lo prometo) y me asombra el nivel de intensidad (en el buen sentido) con el que expresan sus vidas. Al crecer, creo que a algunos se nos va olvidando poco a poco esto y pasamos del 'AMO la lasaña con todas las fuerzas de mi ser', al 'está rica'.

Feliz día del estudiante a todos los que nos seguimos sorprendiendo ante la belleza de la vida :)

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